Según nuestros sabios Hashem felicitó a Moshé por romper las tablas, como una señal de su profundo arrepentimiento y tristeza por el pecado del becerro de oro, que cometió el pueblo de Israel ("יישר כוח ששיברת").
Al romper las tablas, Moshé demostró su indignación y desaprobación por la idolatría del pueblo, mostrando que la transgresión era tan grave que incluso las leyes divinas debían ser "interrumpidas".
Esto fue un acto simbólico de justicia y rectitud ante la ofensa cometida.
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